Diversxs autorxs señalan las problemáticas que dificultan la inserción del enfoque de género en los ambientes educativos:
- La formación en sexualidad y género mantiene un sesgo biologizante. Se habla de educación sexual y reproductiva (con aún un alto grado de resistencia), pero no se abordan sus dimensiones socioculturales.
- Hay una tendencia a normalizar la violencia, segregación, patologización, estereotipación y binarismos como formas aceptables para comprender la interacción y representación social.
- La representación queer está ausente de los contenidos y entornos educativos, sea porque no se incorporan en los currículums o porque muchxs educadorxs queer todavía tienen dificultades para enunciarse abiertamente en sus espacios de trabajo.
- Existe un desconocimiento, incluso de profesores LGBTI+, sobre cómo abordar estas temáticas en clase.
- Persisten los prejuicios heteronormativos enraizados entre educadores, autoridades, padres de familia y estudiantes.
- Hay una resistencia y segregación institucional al enfoque de género que se evidencia en una falta de reconocimiento curricular y un ataque abierto a introducir estas perspectivas en los contenidos educativos
La pedagogía queer es un enfoque de formación integral. Busca fortalecer el aprendizaje desde “una personalidad responsable, ética, crítica, participativa, creativa, solidaria y con capacidad [del estudiante] de reconocer e interactuar con su entorno para que construya su identidad” (Ruíz Lugo, 2007, p. 1). Promueve el crecimiento de las personas desde distitnos aspectos como su inteligencia emocional, racional, social y ética.
La formación integral implica que las instituciones educativas integren distintos aspectos de la persona en la enseñanza; no se trata sólo de adquirir conocimientos profesionales, sino de internalizar valores, actitudes y formas de comportarse que contribuyan a la transformación social. Es una forma de aprender a aprender, a ser y a convivir que redefine las mismas estructuras de estudiantes y educadores en relación al género y la sexualidad.
Hay tres objetivos específicos de la peedagogía queer:
- Descorporizar el estudio del género, es decir, sacarlo de la lógica biológica de la reproducción y pensarlo como un fenómeno social e identitario.
- Irrumpir el lenguaje para resignificar términos y contenidos.
- Deconstruir la noción de normalidad para entender la identidad de género y la sexualidad como construcciones sociales mutables y consensuadas.
Aunque parece complejo, puede resultar sencillo si se piensa que no son necesarias solo grandes reformas para lograr objetivos. Acciones cotidianas como establecer un marco de diálogo respetuoso entre estudiantes y educadores propicia dichos cambios. Una duda común es la pregunta sobre el uso de pronombres y nombres con los estudiantes. “¿Cómo sé si los estoy tratando de la manera correcta?”. Y la respuesta es bastante sencilla: “pregúnteles cómo quieren ser tratados”. No se trata de prescribir nuevas normas sobre el lenguaje con perspectiva de género, sino de establecer un marco comunicativo adecuado y aplicado de forma cotidiana.
- Escudero Ledesma, I. (2017). La educación como espacio de resistencia. Una propuesta desde las Artes y la Educación Social asentada en la pedagogía queer. InterAlia: journal of queer studies(12), 40-52.
- Luhman, S. (2012). Queering/Querying Pedagogy? Or, pedagogy is a pretty queer thing. En W. Pinar, Queer Theory in Education (pp. 120-132). Louisiana State University.
- Ministerio de Educación de Colombia, Fondo de Población de Naciones Unidas. (2016). Ambientes escolares libres de discriminación. Ministerio de Educación de Colombia.
- Pinar, W. (1998). Queer Theory in Education. Routledge.
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