Este concepto fue acuñado por la feminista afro Kimberlé Crenshaw en 1989. Su intención fue introducir a las mujeres de color al quehacer político feminista y visibilizar sus experiencias. En términos sencillos, es una herramienta de análisis que permite entender las opresiones que sufren las personas desde sus particularidades de género, raza y clase social.
La perspectiva interseccional describe la manera cómo las similitudes y diferencias en los distintos sistemas de opresión se conectan en un mismx grupo o individux. Reconoce las diferencias entre mujeres y las exclusiones históricas al interior del movimiento feminista y visibilizar puntos de encuentro entre distintas luchas (Golubov, 2016).
El concepto ha aportado a los feminismos y la Teoría Queer. Por ejemplo, ha permitido comprender porqué una mujer trans que se dedica al trabajo sexual sufre discriminación por su identidad de género, su oficio, sus condiciones económicas y, posiblemente, por su origen étnico.
