Refiere a personas que nacen con características sexuales que no se ajustan a definiciones convencionales de masculino o femenino (genitales, cromosomas y/o sistema reproductivo). Desde la teoría queer, se entiende que estas convenciones son más que biológicas, sino que las construcciones sociales determinan ciertas condiciones de vida para estas personas.
La intersexualidad es también una evidencia de la diversidad biológica en las características corporales humanas. Históricamente, se ha querido normalizar los cuerpos intersexuales para que se ajusten a las expectativas binarias del sexo biológico, pero las intervenciones médicas deben contar con el consentimiento de las personas y respetar su autonomía corporal y derecho a vivir sin conformarse con las normas binarias. Así pues, la intersexualidad no es un problema o una anomalía, sino una variación legítima dentro de amplio espectro de la diversidad humana.